Por Ana Barrios, gestora de proyectos en Nuadda Translations SL.
Tras trabajar como traductora durante varios años, una de las cuestiones que más me sorprendió al convertirme en gestora de proyectos fue lo equivocada que estaba en cuanto a lo que se espera de un traductor. Una antigua compañera me preguntó en una ocasión: “Ahora que estás al otro lado, ¿qué actitudes valoras en un traductor y cuáles no?” Y, por primera vez me di cuenta de que, aunque no cabe duda de que establecer una comunicación adecuada y fluida entre el gestor de proyectos y los lingüistas es esencial para el éxito del proceso de traducción, ambas partes “dan por sentado” o ignoran estas expectativas en múltiples ocasiones.
¿Qué valora el gestor de proyectos de un traductor? Y, lo que es igualmente importante, ¿qué necesita el lingüista del gestor de proyectos? En nuestra empresa, tenemos la suerte de que los gestores y los lingüistas internos nos reunimos semanalmente para explorar formas de mejorar nuestra comunicación. En los siguientes párrafos intentaré resumir lo que he aprendido hasta la fecha. Aunque algunos de los puntos que presento a continuación puedan parecer obvios, en nuestra labor diaria nos damos cuenta de que lo que parece evidente para unos, no lo es tanto para otros. Por ello, resumiré los que considero que son los aspectos más importantes que los traductores y los gestores de proyectos deben tener en cuenta para cumplir sus expectativas mutuas:
Para traductores:
– Sigue las instrucciones: por muy obvio que pueda parecer, aquí está uno de los problemas más importantes, comunes y molestos con los que nos topamos día a día. Con más frecuencia de la que nos gustaría, los traductores comienzan a traducir directamente sin dedicar tiempo suficiente a leer con atención las instrucciones o a consultar el material de referencia. No hay nada que moleste más a un gestor o al propio cliente que se ignoren las instrucciones.
– Permanece atento: los gestores de proyectos solemos estar ocupados con múltiples encargos. Asignar las traducciones es una parte importante de nuestro trabajo y agradecemos enormemente cuando los traductores contestan con rapidez a nuestras propuestas de trabajo. Esto nos permite seguir avanzando con otros proyectos y, cuando trabajas con plazos exigentes, como suele ser el caso, nos ayuda a mantener el estrés a raya.
– Sé flexible: cada vez son más las herramientas de traducción asistida, especialmente en línea, y con ellas crece la necesidad de encontrar traductores que no tengan miedo ni reservas para trabajar con ellas. El “Yo solo trabajo con Mi Herramienta Favorita” da a los gestores muchos dolores de cabeza que se traducen en que prefiramos confiar en traductores más flexibles que comprenden que, en un mundo en constante evolución, la necesidad de adaptarse con rapidez a nuevos programas y tecnologías es lo que marca la diferencia entre un colaborador habitual y uno puntual.
– Sé realista: no asumas más de lo que puedes manejar, tanto en lo que respecta a la carga de trabajo como a los temas que traduces. Cada traductor debe ser consciente de sus capacidades y limitaciones. ¿Cuántas palabras puedes traducir por día? ¿Qué temas dominas y cuáles no? Al aceptar un encargo, te comprometes a ofrecer un producto de calidad. Sé honesto. No temas rechazar un encargo si son muchas palabras o si desconoces el ámbito en cuestión. El problema no es rechazar un encargo, sino entregar una mala traducción.
– Sé profesional: en resumen, los puntos previos se resumen en este. No hay nada mejor para un gestor de proyectos que trabajar con un traductor en el que pueda confiar, un profesional detallista, atento, flexible y honesto con el que poder colaborar hacia un objetivo común: entregar al cliente la mejor traducción posible.
Para gestores de proyectos:
– Da instrucciones específicas y útiles: relacionado con el problema de que los traductores no sigan las instrucciones o no consulten adecuadamente el material de referencia está el hecho de que los gestores de proyectos en ocasiones no dedican tiempo a “filtrar” estos documentos. Si están ocupados, no cabe duda de que es más fácil y rápido entregar a los traductores un montón de documentación que el cliente ha facilitado y que puede tener poco o nada que ver con el proyecto en sí, algo que consume tiempo y acaba resultando inútil. Por lo tanto, necesitamos hacer este trabajo de filtrado para asegurarnos de que los traductores sepan que, cuando les proporcionamos material de referencia, es útil y pertinente.
– Sé realista: cuando los correos se acumulan en la bandeja de entrada, no es raro que enviemos solicitudes una y otra vez a los mismos lingüistas, aunque sepamos que ya están ocupados. Algunos traductores pueden sentirse presionados o no atreverse a rechazar una solicitud por temor a que repercuta en futuros trabajos. Los gestores deben ser realistas sobre la carga de trabajo que los traductores pueden asumir sin que afecte a la calidad, y no deben presionar a los traductores, ya sea intencionalmente o no, para que acepten más de lo que pueden asumir.
– Da feedback: saber lo que has hecho mal es esencial para mejorar profesionalmente. Y la misma importancia tiene recibir un feedback positivo para que conozcas tus puntos fuertes. Y aquí es donde los gestores tenemos un gran margen de mejora. Aunque solemos transmitir a los traductores las quejas de los revisores o clientes, no solemos hacer lo propio cuando las observaciones son positivas, algo que es esencial, especialmente para promover las buenas prácticas y alentar a los traductores a seguir haciendo un gran trabajo.
– Sé cercano: dedica tiempo a llamar a los traductores por su nombre, a darles las gracias individualmente y a confirmar que recibes cada trabajo. Evita los correos electrónicos masivos y no asignes los trabajos al que sea más rápido en aceptarlos. El compromiso que obtendrás de los lingüistas será directamente proporcional al compromiso que muestres hacia ellos. En un trabajo en el que la comunicación se produce principalmente a través del correo electrónico, debemos hacer todo lo posible por mostrarnos cercanos porque, en definitiva, tanto el traductor como el gestor son dos eslabones de una cadena y, cuanto más fuerte sea el vínculo, mejor será el producto que llega al cliente.
En una ocasión escuché a un compañero decir que el trabajo de un gestor de proyectos consistía básicamente en resolver problemas. En mi opinión, no podría estar más equivocado: el trabajo de un gestor es evitar los problemas antes de que surjan, y clave para ello es la comunicación óptima y las expectativas claras entre los lingüistas y los gestores de proyectos.
Posted with Elia’s permission from «The Elia Handbook for Smart PMs: Volume IV, 2019»
Artículo publicado en «The Elia Handbook for Smart PMs: Volume IV, 2019» y reproducido en esta página web con autorización de Elia.
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