La Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España (ATRAE) emitió hace unos días un comunicado para criticar “el resultado mediocre” de los subtítulos en castellano de uno de los grandes éxitos de Netflix, El juego del calamar, por emplear la traducción automática.
Parece que El juego del calamar se ha convertido en el primer éxito de Netflix que ha empleado la posedición para la traducción de subtítulos (no para el doblaje)1. La multinacional Iyuno ha sido la responsable de este proyecto.
La polémica comenzó a finales septiembre, cuando la comediante neoyorquina Youngmi Mayer criticó en Twiter la traducción a inglés de los subtítulos, una traducción que, en su opinión, no reflejaba el verdadero carácter de la serie. Incluso llegaba a insinuar que los subtítulos la convertían en otra serie diferente.
Así que tenemos una serie surcoreana que ha sido traducida al inglés con TA y, desde esa traducción, se han creado también traducciones automáticas al resto de idiomas, con una posedición mínima.
Es probable que el problema no sea tanto la aplicación de la traducción automática y la posedición, sino las condiciones en las que se aplica y el objetivo con el que se ha utilizado: abaratar costes y cumplir márgenes de tiempo imposibles.
Netflix asegura estar batiendo récords con la serie El juego del calamar, superando los 111 millones de visualizaciones en sus primeros días de emisión2. Sin embargo, a pesar del éxito de la producción surcoreana, ¿cómo es posible que se descuide una pieza clave de la industria audiovisual como es la traducción? ¿Ha estado Netflix al tanto de lo ocurrido y de este proceso de traducción? Al tratarse de una serie de la que no se esperaba tal éxito mundial ¿es posible que no se haya supervisado con tanto cuidado la traducción? ¿La TA está preparada para el contenido audiovisual?
Este “descuido” es una falta de respeto hacia los profesionales de la traducción y también hacia los propios creadores de la serie (especialmente hacia los/las guionistas que invierten meses en la búsqueda de las palabras precisas para cada escena o personaje), y también hacia el público.
Para ATRAE la posedición es “una práctica que precariza el sector, empeora la calidad de los subtítulos, las condiciones laborales de los traductores y que solo beneficia a las grandes empresas, que abaratan costes”.
La traducción automática ha adquirido un papel fundamental en la presente era digital y, a pesar de que algunos se muestran susceptibles en cuanto a su uso y calidad, su avance es imparable.
Sin embargo, es probable que el problema no sea tanto la aplicación de la traducción automática y la posedición, sino las condiciones en las que se aplica y el objetivo con el que se ha utilizado: abaratar costes y cumplir márgenes de tiempo imposibles.
La traducción automática ha adquirido un papel fundamental en la presente era digital y, a pesar de que algunos se muestran susceptibles en cuanto a su uso y calidad, su avance es imparable. Las tareas de traducción se apoyan cada vez más en la tecnología y la automatización. De hecho, un debate similar tuvo lugar con la irrupción de los programas de traducción asistida y ya nadie los cuestiona. Pero estas tecnologías deben servir para mejorar el trabajo de los profesionales, no para precarizar sus condiciones.
¿La TA ha sumado calidad y eficacia al profesional de la traducción o ha reemplazado al traductor humano en favor de los volúmenes y la velocidad?
La propia empresa encargada del proyecto explica en su página web: “Sumamos ayuda automática al control de calidad de nuestros trabajadores para alcanzar más calidad, eficacia, volúmenes y velocidad”. La pregunta en el caso de El juego del calamar sería: ¿La TA ha sumado calidad y eficacia al profesional de la traducción o ha reemplazado al traductor humano en favor de los volúmenes y la velocidad?
Es innegable que la inteligencia artificial está transformando la manera en que producimos, localizamos y consumimos los contenidos, pero también que los profesionales de la traducción no solo traducen y dan significado a las palabras: también trasladan emociones, algo inherente a toda expresión artística y cultural.
Los diálogos de una película reflejan tristeza, humor, ironía… y estas emociones, de momento, no están al alcance de un logaritmo, como tampoco lo están los giros verbales, los dobles sentidos o las confusiones con el lenguaje, imposibles de traducir de manera automática.
Los profesionales de la traducción no solo traducen y dan significado a las palabras: también trasladan emociones, algo inherente a toda expresión artística y cultural.
1 Hay que aclarar la traducción para el doblaje en español la ha realizado el traductor audiovisual Jordi Naro. El proceso de traducción de subtítulos y doblaje se realiza de manera diferenciada ya que la traducción de subtítulos debe ajustarse a una restricción de caracteres por línea (una técnica conocida como spotting), mientras que la traducción del doblaje, además de adaptar el guion, debe sincronizarse con el movimiento de los labios de los actores.
2 Las veces que un usuario ha visto al menos un par de minutos de ese contenido.
Fuentes:
Los traductores españoles protestan por los “mediocres” subtítulos de ‘El juego del calamar’, hechos por una máquina. El País. 14/10/2021
Los errores más flagrantes en la traducción de ‘El juego del calamar’. ABC Play. 13/10/2021
Detrás de la traducción de ‘El juego del calamar. Cinemanía. 04/10/2021
Manifesto on Machine Translation. AVTE-Audiovisual Translators Europe. 13/09/2021.
Posedición y traducción audiovisual. Zesauro. 14/10/2021