El pasado mes de octubre se celebró la 74ª Feria del Libro de Fráncfort, en la que España fue país invitado tras el aplazamiento de 2021 por las restricciones de la pandemia. Treinta años después de 1991, la literatura española ha vuelto a ser protagonista de la feria profesional más importante de la industria de la edición.
Fráncfort 2022, además de tener un aroma español, ha querido reivindicar la figura de los traductores bajo el lema «Traducir. Trasladar. Transformar».
Los dos discursos inaugurales estuvieron a cargo de quien fue ya invitado en 1991 como joven escritor, Antonio Muñoz Molina, y de la escritora, Irene Vallejo, autora del ensayo El infinito en un junco de éxito global.
Irene Vallejo entrelazó historia y reivindicación en un poético discurso que ensalza la labor de los traductores y que arrancaba con estas palabras:
«Existe un atlas, la literatura, donde todos los territorios son mi tierra. Puedo adentrarme en ellos al leer, con el caminar de los ojos y la imaginación. Estos viajes sin límites son posibles gracias al oficio de la traducción, un fabuloso hallazgo humano que alguien —cuyo nombre no recordamos— inventó en tiempos remotos, en el érase una vez de los cuentos. Como escribió José Saramago, los escritores hacen las literaturas nacionales, mientras los traductores construyen la literatura universal. A quienes me han regalado la patria de su idioma, a quienes aceptan ser yo para que yo sea otra, mi familia de Babel, quiero expresarles mi gratitud infinita. Ahora mismo mis palabras se desdoblan en una traducción. El mismo río con distinta agua. Idéntica partitura, con diferente instrumento. Este discurso resuena en dimensiones paralelas que nos permiten estar juntos, las ideas cambian de piel para seguir palpitando: es el arte de unir universos, una tarea de bastidores y penumbra».
En esta edición han estado presentes cerca de 400 editores y 200 agentes del ecosistema del libro (autores, traductores, diseñadores…). El despliegue realizado ofrece cifras inéditas: Se han alcanzado las 450 traducciones al alemán de obras españolas y casi se han duplicado en los últimos dos años las ayudas oficiales a la traducción hasta alcanzar cerca de los tres millones de euros.